En un giro estratégico de su política comercial, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una tregua de 90 días en la aplicación de aranceles a países que han mostrado disposición para negociar y que no han respondido con medidas punitivas a su agresivo plan arancelario. Desde su plataforma Truth Social, el mandatario republicano destacó que más de 75 naciones han iniciado diálogos con Washington y evitaron represalias contra las medidas estadounidenses, lo que lo llevó a autorizar una pausa en la escalada arancelaria y reducir el gravamen recíproco al 10%, con efecto inmediato.
«Estamos viendo una respuesta positiva de muchos países que prefieren el diálogo a la confrontación. Por eso he decidido darles un respiro de 90 días y bajar los aranceles al 10%. Queremos acuerdos justos», escribió Trump en su red social, subrayando su intención de mantener presión sobre las economías globales mientras fomenta negociaciones bilaterales. Esta decisión, según los analistas, busca consolidar su imagen de líder pragmático en el ámbito internacional, al tiempo que mantiene el control sobre las dinámicas comerciales.
El castigo para China
Sin embargo, el tono hacia China era radicalmente opuesto. Trump ordenó un aumento inmediato de los aranceles a Pekín hasta un 125%, justificándolo como una respuesta a lo que calificó como una «falta de respeto» por parte del gigante asiático, que había impuestos impuestos retaliatorios a productos estadounidenses. Esta medida agudiza la guerra comercial entre las dos mayores potencias económicas del mundo, elevando la incertidumbre en los mercados globales y amenazando con encarecer bienes de consumo en ambos países.
Por otro lado, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, confirmó que México y Canadá, socios clave de Estados Unidos en el marco del T-MEC, ya no estarán exentos del arancel global del 10%. Esta inclusión, efectiva desde hoy, marca un cambio significativo en la relación comercial con los vecinos norteamericanos, quienes habían sido inicialmente protegidos de las políticas arancelarias de Trump. Durante el período de tregua, estos países, junto con otros que no han tomado represalias, se enfrentarán a este gravamen reducido.
En el ámbito latinoamericano, María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara Colombo Americana, instó a Colombia a aprovechar esta ventana de oportunidad. «Debemos alinearnos con las naciones que priorizan la negociación con Estados Unidos. Ese mercado es crucial para nuestras exportaciones», afirmó, destacando la necesidad de garantizar la estabilidad y la competitividad frente a las nuevas reglas comerciales impuestas por Washington. Expertos coinciden en que la tregua ofrece un respiro temporal, pero la incertidumbre persiste ante la imprevisibilidad de la política trumpista.