A partir este martes 1 de abril de 2025, los 152 pesetas gestionados por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y el Instituto Nacional de Vías (Invías) sufrirán un nuevo ajuste tarifario, marcando el tercer aumento en lo que va del año. Este incremento, aprobado en diciembre de 2023, responde a la necesidad de compensar el déficit económico generado por el congelamiento de tarifas impulsado por el Gobierno Nacional durante el último año. Con este ajuste, se cierra un esquema escalonado diseñado para mitigar el impacto en los usuarios y garantizar la sostenibilidad de la infraestructura vial del país.
Un aumento en tres etapas
El Gobierno colombiano lanzó un plan de incrementos progresivos para equilibrar las finanzas del sector tras el congelamiento de precios. Las tres fases quedaron definidas así:
- 1 de enero de 2025: Un alza del 2,78%, que reflejó un ajuste parcial basado en la inflación acumulada de 2023.
- 16 de enero de 2025: Un incremento adicional del 5,2%, alineado con las proyecciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) para 2024.
- 1 de abril de 2025: El ajuste final del 1,85%, que se aplicará sobre las tarifas vigentes, consolidando el aumento total del año.
Con esta última actualización, algunos de los pesos más costosos del país reflejarán los siguientes valores: el peaje Cisneros, en Antioquia, pasará de $31.300 a $31.879; Pipiral, en la vía al Llano, subirá a $26.893; el Túnel de Oriente, que conecta Medellín con Rionegro, alcanzará los $25.500; Aburrá, también en Antioquia, llegará a $24.954; y Guaico, en Risaralda, se situará en $24.107. Estos cambios afectan tanto a conductores particulares como al sector del transporte de carga, generando preocupación por sus posibles repercusiones económicas.
Impacto en el sector transporte y la economía nacional
El sector logístico y de transporte de carga enfrenta un desafío significativo con este nuevo ajuste. Alberto Carbone, CEO de Shipping, advierte que los costos operativos de las empresas se ven presionados no solo por los pesajes, sino también por el mantenimiento de las flotas y el reciente encarecimiento del diésel. “Este panorama podría traducirse en un aumento en las tarifas del transporte, afectadodo la competitividad y rentabilidad de las compañías logísticas”, señala Carbone. Esta situación, a su vez, podría encadenar un alza en los precios de bienes y servicios esenciales, impactando directamente el bolsillo de los colombianos.
Por otro lado, Arnulfo Cuervo, presidente de Fedetranscarga, reconoce la necesidad de estos ajustes para financiar el desarrollo y mantenimiento de la red vial nacional. Sin embargo, subraya que el equilibrio es delicado: “Los transportadores asumimos el costo, pero el Gobierno también enfrenta una carga financiera importante”. En ese sentido, la ANI destinó $500.000 millones en 2023 para cubrir los faltantes generados por el congelamiento de tarifas, un esfuerzo que pone en evidencia las tensiones presupuestales del Estado.
Medidas de alivio temporal
Como parte de una estrategia para mitigar el impacto, el Ministerio de Transporte anunció la suspensión del cobro en ocho pesas durante un período de seis meses. Entre los beneficiarios están los usuarios de la Autopista Norte (peajes Fusc, Andes y Unisabana), la vía Rumichaca-Pasto (peaje El Placer), el peaje Cisneros y la autopista al mar en Antioquia, el peaje Carmen de Bolívar en Bolívar, y el peaje Transversal Siga-Machetá en Boyacá. Esta medida busca aliviar la carga económica en regiones clave mientras se evalúan soluciones a largo plazo.
¿Cómo afecta esto a los colombianos?
El incremento en los pesos no solo impacta a los conductores y transportadores, sino que podría generar un efecto dominó en la economía cotidiana. Los expertos advierten que el costo del transporte público y de los bienes de consumo básico podría aumentar, especialmente si los transportadores trasladan los sobrecostos a los usuarios finales. Aunque el Gobierno asegura que el reciente ajuste en el precio del diésel afectará principalmente a los propietarios de camionetas de alta gama, el sector logístico teme que la inflación se dispare como consecuencia indirecta.
A medida que avanza el 2025, Colombia enfrenta un reto complejo: garantizar los recursos necesarios para mantener y expandir su infraestructura vial sin comprometer la estabilidad económica de sus ciudadanos. Este tercer ajuste de tarifas en los pesos, aunque planificado, reaviva el debate sobre cómo equilibrar las necesidades del Estado con las realidades del bolsillo de los bolsillos, en un contexto donde cada peso colombiano cuenta.