Medellín, 7 de octubre de 2025. Almacenes Flamingo S.A., la icónica cadena de retail que ha vestido y equipado generaciones de antioqueños desde 1949, dio un paso drástico al solicitar un Procedimiento de Recuperación Empresarial ante la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia. Presentada el 2 de octubre y aceptada de inmediato, esta iniciativa –bautizada como 2025 ME 00005– busca renegociar deudas en tres meses para garantizar la continuidad operativa y estabilizar relaciones con acreedores. Designado como mediador, Julián Andrés Palacio Olayo liderará diálogos «ágiles y transparentes», según la empresa, en un momento de crisis financiera agravada por una investigación de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) por irregularidades en ventas con financiación. Con múltiples acreedores en la mira y un balance crítico, Flamingo reafirma su compromiso: «Continuar trabajando con responsabilidad para adaptarse a los desafíos del mercado y generar valor para clientes, proveedores y colaboradores».
Esta movida no es casual. Fundada por los hermanos Restrepo Londoño como una modesta tienda de ropa masculina en el centro de Medellín, Flamingo creció a 76 sucursales en Antioquia y el suroccidente, convirtiéndose en sinónimo de accesibilidad y crédito fácil. Pero la pandemia, competencia feroz de e-commerce y presiones financieras la han acorralado, llevando a este salvavidas legal que podría redefinir su futuro o sellar su declive.
Un mecanismo voluntario: Tres meses para renegociar y sobrevivir
El Procedimiento de Recuperación Empresarial, regulado por la Ley 1116 de 2006 y actualizado en 2024, es un proceso privado y confidencial que permite a empresas en apuros negociar con acreedores sin judicialización inmediata. Flamingo, con deudas que superan los 500.000 millones de pesos según reportes preliminares, usará este plazo de 90 días para reestructurar obligaciones, priorizando proveedores y empleados sobre pagos forzosos.
La Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, que aceptó la solicitud el mismo día, designó a Palacio Olayo, un experto en mediaciones con trayectoria en casos similares, para facilitar acuerdos. «El objetivo es superar retos financieros y fortalecer la operación a futuro», enfatizó la compañía en su comunicado, destacando que el proceso no implica quiebra, sino una reestructuración proactiva. En Antioquia, donde Flamingo emplea a más de 2.000 personas, este paso genera incertidumbre, pero también esperanza de preservar un emporio que ha sido pilar comercial para clases medias y bajas.
Raíces profundas: De Jorge H a la cadena que vestía sueños antioqueños
La historia de Flamingo es un capítulo del emporio retail colombiano. Nacida el 29 de marzo de 1949 como «Jorge H» en la calle Ayacucho de Medellín, fundada por Juan Gonzalo y Jorge Humberto Restrepo Londoño –hijos de inmigrantes antioqueños–, empezó vendiendo ropa para caballeros en un local modesto. En 1952, se rebautizó Almacenes Flamingo S.A., expandiéndose a electrodomésticos y muebles con un modelo de crédito accesible que la convirtió en favorita de familias trabajadoras.
A lo largo de siete décadas, creció a 76 tiendas en Antioquia y Valle del Cauca, simbolizando el «emprendimiento paisa»: ventas a plazos que democratizaron bienes duraderos. «Durante 76 años, hemos generado valor para clientes y colaboradores», reza su mensaje, evocando una era donde Flamingo era el destino para la primera nevera o el sofá familiar. Pero el auge de la competencia erosionó su cuota, dejando un mercado donde el 40% de ventas retail ya es online.
Crisis en ebullición: Acreedores, SIC y un balance al borde
El detonante no es nuevo. Reportes financieros de 2024 revelan un patrimonio negativo de 300.000 millones de pesos, con acreedores como bancos y proveedores acumulando demandas por incumplimientos. La gota que colmó: el 22 de agosto, la SIC abrió investigación administrativa por presuntas vulneraciones en ventas con financiación, cobrando intereses por encima del límite legal (1,5% mensual) y fallas en entregas de bienes. «Identificamos cobros excesivos y falta de cumplimiento», informó la SIC, abriendo un proceso que podría derivar en multas de hasta 2.000 salarios mínimos.
Esta pesquisa, desde la Dirección de Protección al Consumidor, toca el núcleo de Flamingo: su programa de crédito, que representa el 60% de ventas. Clientes reportan en redes demoras en envíos y tasas opacas, sumando a un pasivo que incluye deudas con la DIAN y fondos de pensiones. «Es un estado financiero crítico», coinciden analistas, con ventas cayendo 15% anual desde 2023 por competencia digital y costos logísticos post-pandemia.
Hacia el futuro: ¿Un Flamingo digital o el fin de una era?
Con 76 años a cuestas, Flamingo mira al e-commerce: ya invierte en app y alianzas, pero necesita capital fresco. El proceso, si exitoso, podría inyectar frescura: recortes en sucursales obsoletas, foco en crédito regulado y expansión a sitios estratégicos.
En Medellín, donde nació, esta batalla evoca el espíritu antioqueño: levantarse tras la caída. Si Palacio Olayo cierra acuerdos, Flamingo podría emerger más ágil; de lo contrario, cierra un capítulo doloroso. Para el retail, es lección: en tiempos de digitalidad, la tradición necesita innovación. Antioquia observa, con esperanza de que su flamenco vuele de nuevo.














