Febrero 4 de 2025. Bogotá. El café colombiano vive uno de sus momentos más dulces en los mercados internacionales. La libra de café arábigo, referencia para el grano colombiano, se cotiza en la Bolsa de Valores de Nueva York a US$3,80, un precio que no se veía en décadas. Este valor representa un aumento del 95% en el último año, según datos de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC). Sin embargo, detrás de este récord histórico surgen preguntas clave: ¿quiénes están aprovechando estos precios? ¿Realmente están llegando los beneficios a los caficultores?
Un contexto de precios récord
En los últimos dos meses, la cotización del café colombiano ha superado consistentemente los US3, 16 por libra, alcanzando un pico de US3,16 por libra, alcanzando un pico de US3,80 en febrero de 2025. Este incremento ha llevado a que el valor de una carga de 125 kilos de café se sitúe en 2,98millones,un salto significativo comparado con los 2,98 millones, un salto significativo comparado con los1,48 millones que se pagaban hace justo un año.
Germán Bahamón, gerente de la FNC, destacó que estos números reflejan una recuperación histórica para el sector cafetero, que durante años enfrentó precios bajos y condiciones climáticas adversas. Sin embargo, el optimismo de las cifras contrasta con la realidad de muchos caficultores, quienes aseguran que no están aprovechando al máximo estos precios.
La voz de los caficultores
Juan Álvaro Arboleda, caficultor del Suroeste Antioqueño, explica que la mayoría de los productores ya vendieron sus cosechas a finales de 2024 para cubrir deudas acumuladas durante los años previos. “Si hoy vienen a ofrecer $3,1 millones por carga, difícilmente habrá quien tenga café para vender”, afirma.
Marcelo Salazar, productor de Caldas, coincide en que el retraso en la cosecha de 2024, que se extendió hasta octubre, podría impulsar la producción por encima del millón de sacos en algunas regiones. Sin embargo, advierte que la llamada “traviesa” (cosecha entre marzo y mayo) no será abundante.
Por su parte, Catalina Castillo, caficultora del Huila, señala que en su región no hay cosecha en este momento. “En enero y febrero se consiguen unas pepitas, pero es casi nada. Actualmente hay buenos precios, pero no hay café”, comenta.
¿Guardar el café para venderlo más caro?
Una opción que podría parecer lógica en tiempos de precios altos es almacenar el café para venderlo cuando los valores sean aún más favorables. Sin embargo, Castillo explica que esta estrategia no es viable para la mayoría de los productores colombianos, ya que más del 80% vive de lo que produce y necesita recursos inmediatos para cubrir gastos como salarios de trabajadores y mantenimiento de los cafetales.
Perspectivas para 2025
A pesar de los desafíos, los grandes productores consultados coinciden en que el repunte de los precios desde finales de 2023 ha sido una buena noticia para el sector. “Se acabó el hambre, porque este es un negocio que parece que solo da miseria”, comentó uno de ellos, refiriéndose a los años de precios bajos que afectaron a más del 60% de los productores, quienes tienen menos de una hectárea de café.
Las expectativas para los próximos meses son optimistas, pero con cautela. Quienes estén pensando en nuevas siembras deberán esperar al menos seis meses para ver resultados, tiempo que tarda el material vegetal en salir del vivero al campo.
Un crecimiento que requiere estrategia
El aumento en la cotización del café es, sin duda, una noticia alentadora para las más de 557.000 familias cafeteras colombianas. Sin embargo, como señaló la FNC en un comunicado, es fundamental abordar este crecimiento con prudencia y enfoque estratégico. La clave estará en garantizar que los beneficios lleguen a todos los eslabones de la cadena, especialmente a los pequeños productores, quienes son el corazón de la caficultura colombiana.
Mientras el café colombiano sigue rompiendo récords en los mercados internacionales, la pregunta sigue en el aire: ¿quién se está llevando realmente la tajada más grande del pastel?
En síntesis
El café colombiano vive un momento histórico, pero su éxito en los mercados internacionales no se traduce automáticamente en beneficios para todos los actores de la cadena. Mientras los precios siguen al alza, el desafío será asegurar que los caficultores, especialmente los pequeños productores, puedan aprovechar esta bonanza y construir un futuro más sostenible para el sector.
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