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El Metrocable Línea K cumple 10 años

Cortesía
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Hace 10 años, el Metrocable Línea K sobrevoló por primera vez los barrios de la zona nororiental de Medellín. El 30 de julio de 2004, se marcó un hito en la ciudad. Invitados especiales y habitantes del sector, fueron los primeros pasajeros de este nuevo medio de transporte que llegó para generar desarrollo y mejorar la calidad de vida de las comunas 1 y 2 de Medellín.

Después de una semana de operación instructiva en la que la comunidad pudo familiarizarse con el funcionamiento de este nuevo medio de transporte, el 7 de agosto a las 11:00 a. m, se dio inicio a la operación comercial de esta línea que ha movilizado cerca de 60 millones de personas en sus primeros 10 años.

El Metrocable fue el detonante para una serie de transformaciones urbanísticas, sociales y económicas que hoy se reconocen en el mundo entero. Es por eso que se ha convertido en objeto de estudio e incluso se ha replicado en otras ciudades del mundo como Río de Janeiro y La Paz.

Gracias a una inversión de $68.000 millones de pesos, aportados en un 55% por la Alcaldía de Medellín y en un 45% por el METRO, se logró implementar esta obra de transporte novedosa en el país y en el mundo, ya que hasta ese momento los cables aéreos, que existían principalmente en Europa, tenían una vocación turística.

Antes de la existencia de este medio de transporte, los habitantes de los barrios aledaños debían pagar dos o tres pasajes para llegar a sus lugares de destino y se tardaban hasta dos horas para llegar al centro de la ciudad. Hoy, con solo una tarifa, pueden viajar de Norte a Sur del Valle de Aburrá, integrarse con el metro o con las líneas de buses y próximamente con el Tranvía de Ayacucho.

Se calcula que desde agosto de 2004, los usuarios de la Línea K se han ahorrado cerca de $84.533 millones, lo que da cuenta de la relevancia social de este medio de transporte en la economía de miles de familias.

Así lo confirma doña Rosalbina González, quien vive hace 34 años en el barrio Santo Domingo. Ella reconoce los cambios positivos que generó el cable tanto en la comunidad en general como en la vida de cada uno de los habitantes de la zona. “Yo antes por ejemplo no iba nunca a Niquía en Bello, porque eso significaba hacer un trayecto más o menos de 3 horas porque teníamos que coger un bus hasta el centro y de ahí, otro hasta Bello”, recuerda.

En ahorro de dinero también los cambios son significativos. “Antes para desplazarse uno a cualquier lado tenía que coger dos buses para ir y dos buses para regresar, mientras que con el cable y el metro uno paga una sola tarifa y llega rápido hasta el centro, hasta el Poblado o Itagüí y regresa, ahí estamos ahorrando mucho tiempo y dinero”, dice Rosalbina.

Reducción de la violencia e inclusión social

La inclusión social es uno de los aspectos que más resaltan los habitantes de barrios como Santo Domingo, que hoy se sienten parte de la ciudad. Para la líder comunitaria Luz Miriam Gómez, el cable ha sido sinónimo de transformación y esperanza: “A nuestro barrio llegó el Metrocable y generó una inversión productiva y necesaria para todos sus habitantes. Para mí el cable representa calidad de vida, mejoramiento del entorno, generación de empleo y fácil acceso al transporte, que era una de nuestras mayores dificultades”.

Precisamente durante los tres primeros meses de operación del cable se crearon 35 nuevos negocios en la zona, llegaron entidades bancarias y se generó una nueva dinámica social y económica que ha favorecido el desarrollo de las Comunas 1 y 2.

Otro cambio fundamental fue la pacificación de la zona. Según un estudio de Previva y la Universidad de Columbia, el Metrocable y las intervenciones sociales y urbanísticas generadas después de su puesta en marcha contribuyeron a disminuir los índices de violencia. La investigación demostró que la tasa de homicidios pasó de 188 por cada 100.000 habitantes en 2003, a 30 homicidios en 2008 (84% menos), en la zona de influencia de una de la línea K de Metrocable, reducción mayor a la experimentada por otras zonas con características socioeconómicas similares.

A todos estos beneficios, se les suma el aporte ambiental, ya que los cables aéreos son tecnologías limpias que evitan las emisiones de contaminantes a la atmósfera.

Desde los inicios de la operación del Metrocable, se han transportado cerca de 60 millones de usuarios en esta línea. Además, este medio de transporte se convirtió en un sitio turístico, un referente de ciudad y en símbolo de innovación social.

Es larga la lista de personalidades que han visitado la Línea K, entre ellos se destacan el rey de España, Juan Carlos de Borbón; el presidente de Alemania, Joachim Gauck; el actual secretario de Estado de EE.UU, John Kerry; el presidente de Panamá (en ese entonces candidato) Juan Carlos Varela, la exalcaldesa de Milán, Letizia Moratti; el Nobel de Economía Joseph Stiglitz, así como embajadores y delegaciones diplomáticas de varios países del mundo.

Por todo lo anterior, el METRO quiere agradecer a la comunidad el cariño, cuidado y sentido de pertenencia que ha mostrado durante estos 10 años de servicio de la Línea K y ratifica su compromiso de continuar aportando a la calidad de vida de todos sus usuarios.

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