Guarne, 8 de octubre de 2025- Guarne, Antioquia, se convirtió en un faro de esperanza en el Oriente antioqueño. Más de 50 empresas locales se reunieron en el Parque Piedras Blancas para el IV Encuentro Empresarial por la Inclusión, un espacio liderado por Comfenalco Antioquia, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) a través de la estrategia Juntos por la Inclusión, y la Alcaldía Municipal. Bajo el eje «Retos en la movilidad mixta», el evento no solo analizó iniciativas laborales, sino que selló compromisos concretos para integrar a migrantes, refugiados y desplazados en el tejido productivo de los 23 municipios de la subregión.
No es un foro más. Es un puente entre realidades. En un territorio donde la agroindustria y la construcción dependen de manos migrantes –con más de 80 retornados venezolanos llegando diariamente a Antioquia, según Migración Colombia–, este encuentro fortalece lazos que van de la empatía a la acción. Mauricio Grisales, alcalde de Guarne, lo dijo con esa franqueza antioqueña que cala hondo: «Desde la institucionalidad seguiremos apostando a la inclusión laboral y social. Empresas como D1, que en dos años ha empleado a 82 migrantes, son un ejemplo vivo de integración para nuestro territorio».
El parque, con su aire fresco y vistas al Oriente, fue el escenario perfecto. Empresarios de Marinilla, Rionegro y Guarne intercambiaron experiencias, actualizaron datos migratorios y visibilizaron buenas prácticas. Representantes del Ministerio de Trabajo y Migración Colombia reiteraron incentivos tributarios para contrataciones inclusivas, un gancho que podría inyectar vitalidad a un sector donde la mano de obra mixta ya mueve el 20% de la producción local.
Movilidad mixta: un reto que se convierte en oportunidad
¿Qué es la movilidad humana mixta? No es solo un término técnico. Es el pulso de un Antioquia que recibe flujos de venezolanos retornados desde EE.UU. y México, nómadas digitales atraídos por el clima, y antioqueños que emigran a Europa o Estados Unidos. Estudios de Marta Irene Pulgarín, presentados en el encuentro, revelan dinámicas complejas: tránsito irregular en Necoclí y Turbo, asentamientos en floricultura y agroindustria, y retornos que demandan reinserción rápida.
En el Oriente, esto es reto y riqueza. La floricultura y la construcción, pilares del 15% del PIB departamental, dependen de esta mano de obra diversa. «Una de cada 67 personas en el mundo es refugiada o desplazada –123,2 millones según el reporte global de ACNUR–, y detrás hay historias de resiliencia que nos inspiran», advirtió Elisa Carlaccini, jefa de la suboficina noroccidental de ACNUR en Medellín. Su mensaje resonó: estos encuentros con empresarios y sociedad civil son clave para garantizar derechos y oportunidades.
El foro incluyó una conferencia magistral de Dalton Price, antropólogo estadounidense-venezolano y fundador de Vamos Chamo, quien compartió hallazgos de su investigación en La Guajira con migrantes. Cerró con un conversatorio sobre derechos humanos y prevención de discriminación, donde participantes de Comfenalco y ACNUR entregaron reconocimientos a empresas pioneras en contratación inclusiva.
Compromisos firmes: de la charla a la acción interinstitucional
Los empresarios no se fueron con las manos vacías. Asumieron un compromiso colectivo: promover prácticas inclusivas en los 23 municipios del Oriente. Esto incluye actualizar el termómetro de inclusión laboral de Antioquia, con recomendaciones para integrar migrantes, retornados y refugiados. La articulación interinstitucional –entre sector público, privado y cooperación– fue el hilo conductor, con énfasis en alianzas como Juntos por la Inclusión de ACNUR y la Agencia de Empleo de Comfenalco.
«Este espacio fortalece la cooperación para la inclusión socioeconómica», resaltó Carlaccini. Se presentaron cifras frescas de Migración Colombia: Antioquia recibe diariamente más de 80 retornados, con picos en el Oriente por su cercanía a Medellín. Buenas prácticas de Guarne, Marinilla y Rionegro –como programas de capacitación mixta en D1– se visibilizaron, inspirando a otros.
El impacto va más allá de números. En un departamento con 6,5 millones de habitantes, donde el 15% son migrantes o retornados, estos encuentros generan empleo y cohesión. Comfenalco, con su Agencia de Empleo, ha colocado a 500 personas en puestos inclusivos este año, mientras ACNUR invierte US$2 millones en programas regionales. Para Grisales, es simple: «La inclusión no es caridad; es el camino para un territorio más fuerte».
Un futuro conectado: alianzas que trascienden fronteras
El IV Encuentro cerró con conclusiones prácticas: un plan estratégico para la integración socioeconómica, con foco en datos actualizados y tendencias migratorias. Se consolidaron alianzas entre el sector privado –con empresas como D1 a la cabeza– y entidades como el Ministerio de Trabajo, que prometen exenciones fiscales para contrataciones inclusivas.
En Guarne, un municipio de 25.000 habitantes con economía agroindustrial, esto significa más familias estables. «Hemos visto cómo una oportunidad laboral cambia trayectorias», reflexiona Martínez de la Fundación She Is, aliada en eventos similares. Para el Oriente, es un modelo replicable: de la empatía a la productividad.
Este foro, en Piedras Blancas, no fue un evento aislado. Es parte de una red que une a Comfenalco, ACNUR y alcaldías para un Antioquia inclusivo. Con más de 50 empresas comprometidas, el compromiso es colectivo: en la movilidad mixta, todos ganan. Para saber más, visite comfenalcoantioquia.com o acnur.org.