Medellín, 26 de agosto de 2025. El Metro de Medellín ha sido reconocido por la prestigiosa revista Condé Nast Traveler como el octavo mejor sistema de transporte público del mundo, un logro que consolida a la ciudad como referente global en movilidad sostenible, accesibilidad y equidad. Este reconocimiento destaca la “Cultura Metro”, un conjunto de valores basados en el respeto, el cuidado, la empatía y la confianza que han definido la operación del sistema durante casi 30 años, transformando no solo la forma de moverse en la ciudad, sino también la vida de millones de habitantes.
Un sistema integral y transformador
Inaugurado en 1995, el Metro de Medellín es el único sistema de transporte ferroviario de Colombia y un pilar del desarrollo regional. Con 12 líneas que incluyen trenes, tranvías, buses y el icónico Metrocable, el sistema ha movilizado millones de pasajeros, conectando sueños y reduciendo brechas sociales. Según datos de la empresa, en 2024 transportó más de 400 millones de pasajeros, consolidándose como la columna vertebral de la movilidad en el Valle de Aburrá.
El Metrocable, único en el mundo por su integración al transporte público masivo, es la joya de la corona. Sus siete líneas conectan el centro de Medellín con comunidades en laderas, reduciendo trayectos que antes tomaban hasta dos horas a solo 30 minutos. Este sistema no solo ha mejorado la accesibilidad, sino que ha transformado la vida en barrios históricamente marginados, promoviendo la inclusión y el desarrollo económico. “El Metro de Medellín fue cuidadosamente planificado con la participación de la comunidad y es un símbolo de orgullo para la ciudad”, destaca Condé Nast Traveler.
Innovación y sostenibilidad al servicio de la gente
El reconocimiento global resalta la eficiencia, limpieza y diseño del Metro de Medellín, que combina funcionalidad con un impacto social profundo. A diferencia de sistemas como los de Estocolmo o Moscú, donde las estaciones son atracciones artísticas, Medellín destaca por su enfoque en la dignidad de los usuarios y la sostenibilidad. Sus trenes y tranvías ofrecen acceso sin escalones, facilitando la movilidad para personas con discapacidad o familias con cochecitos. Además, el uso de energía eléctrica en trenes y cables reduce significativamente la huella de carbono, alineándose con las tendencias globales de sostenibilidad.
El Metrocable, en particular, ha sido un modelo replicado en otras ciudades de América Latina, como Bogotá y Río de Janeiro. Su integración con buses de tránsito rápido (BTR) y cientos de rutas alimentadoras permite una movilidad fluida y económica, con un costo promedio por pasaje de $3.200, según datos de la empresa, accesible para el 80% de la población del área metropolitana.
Un símbolo de equidad y progreso
El impacto del Metro trasciende la movilidad. Al conectar barrios vulnerables con el centro urbano, ha facilitado el acceso a empleo, educación y servicios de salud, contribuyendo a reducir la desigualdad en una ciudad que, según el DANE, tiene un índice de Gini de 0,49. La “Cultura Metro” fomenta comportamientos cívicos, con un 95% de cumplimiento en normas de convivencia, según encuestas internas, lo que refuerza su rol como un espacio de cohesión social.
El sistema también es una atracción para turistas. La Línea K del Metrocable, que conecta con el Parque Arví, ofrece vistas de las laderas de Medellín y acceso a 80 kilómetros de senderos, observación de aves y ecoturismo. Este enfoque combina funcionalidad con experiencias únicas, haciendo del Metro una ventana a los valores y la identidad de la ciudad.
Un reconocimiento que inspira
Ser el octavo mejor sistema de transporte del mundo, junto a ciudades como Londres, Singapur y Hong Kong, es un testimonio del compromiso de Medellín con la innovación y la equidad. Con planes de expansión, como nuevas líneas de Metrocable y la integración con tecnologías de inteligencia artificial para optimizar operaciones, el Metro se prepara para seguir liderando. Este reconocimiento no solo celebra tres décadas de impacto, sino que reafirma el compromiso de Medellín de construir una ciudad más conectada, inclusiva y sostenible.