Por Mauricio Hernández, economista de BBVA Research
El consumo de los hogares se ha consolidado como el principal pilar del crecimiento económico en Colombia durante 2025, en un contexto donde otros sectores, como la industria y la construcción, aún luchan por recuperar su dinamismo. Este auge del gasto doméstico, que se perfila como el motor clave de la economía, está impulsado por una combinación de factores macroeconómicos, financieros y sociales que han revitalizado la demanda interna, según un análisis detallado de BBVA Research. A continuación, exploramos las razones detrás de este fenómeno, sus implicaciones y los desafíos que podrían limitar su sostenibilidad en el mediano plazo.
Un repunte robusto impulsado por la confianza y el ingreso
El crecimiento del consumo en Colombia durante los primeros meses de 2025 ha sido notable. Las ventas reales del comercio minorista registraron un aumento del 11% en el acumulado hasta mayo, con un desempeño sobresaliente en categorías como vehículos, tecnología y electrodomésticos. Este dinamismo también se refleja en el sector servicios, donde restaurantes y hoteles muestran una recuperación palpable, con un ritmo de actividad que no se veía desde antes de la pandemia. Estos datos evidencian un cambio en el comportamiento de los hogares, que han retomado el gasto con mayor confianza.
Un factor clave detrás de este impulso es la mejora en la percepción de los consumidores. En junio de 2025, el índice de confianza del consumidor volvió a terreno positivo por primera vez desde mediados de 2022, según datos de Fedesarrollo. Esta recuperación en la confianza se traduce en una mayor disposición para adquirir bienes duraderos, como electrodomésticos, vehículos e incluso vivienda, lo que refleja una percepción más optimista sobre la situación económica de los hogares. Sin embargo, persiste cierta cautela respecto al rumbo general del país, lo que sugiere que el optimismo es selectivo y centrado en las finanzas personales.
El aumento del ingreso disponible también ha jugado un papel crucial. En el segundo trimestre de 2025, una proporción creciente de hogares reportó mejoras en sus ingresos, impulsadas por un mercado laboral que, hasta ahora, se ha mantenido resiliente. A esto se suma el crecimiento sostenido de las remesas, que han aumentado más del 15% en lo corrido del año, proporcionando un flujo adicional de recursos para muchas familias colombianas. Además, la moderación de la inflación, que se ha estabilizado en niveles más manejables, y un giro hacia una política monetaria menos restrictiva por parte del Banco de la República han facilitado el acceso al crédito. Desde mayo, el crédito de consumo ha mostrado un repunte tras casi dos años de contracción, lo que ha permitido a los hogares financiar compras de mayor valor.
Desafíos y sostenibilidad del auge del consumo
A pesar de este panorama alentador, existen riesgos que podrían moderar el ritmo del consumo en los próximos trimestres. El mercado laboral, aunque sólido hasta ahora, comienza a mostrar señales de enfriamiento, particularmente en sectores intensivos en mano de obra como la construcción de vivienda. La menor dinámica en este sector podría limitar la generación de empleo y, por ende, el crecimiento del ingreso disponible, lo que afectaría la capacidad de los hogares para sostener el nivel actual de gasto. Aunque se espera que el consumo crezca por encima del Producto Interno Bruto (PIB) en el corto plazo, un deterioro en las condiciones laborales podría frenar esta tendencia.
Otro desafío es la dependencia de factores externos, como las remesas, que podrían verse afectados por cambios en las economías de los países de origen, especialmente Estados Unidos. Asimismo, la sostenibilidad del crecimiento del crédito de consumo dependerá de que las tasas de interés se mantengan en niveles razonables y de que la inflación no repunte inesperadamente. Por ahora, las condiciones financieras más favorables y la confianza en ascenso juegan a favor del consumo, pero es crucial que el gobierno y el sector privado trabajen en conjunto para fortalecer otros motores de la economía, como la inversión y las exportaciones, que aún no han alcanzado su pleno potencial.
Un pilar para el crecimiento, pero con retos por delante
El consumo de los hogares se ha convertido en el principal sostén de la economía colombiana en 2025, compensando la debilidad de sectores como la industria y la construcción. La combinación de una mayor confianza, ingresos fortalecidos por remesas y un mercado laboral resiliente, junto con condiciones financieras más favorables, ha creado un entorno propicio para el gasto doméstico. Sin embargo, la sostenibilidad de este impulso dependerá de la capacidad del país para abordar los riesgos emergentes, especialmente en el mercado laboral y en la estabilidad macroeconómica.
En conclusión, el consumo recargado de los hogares colombianos es una señal positiva en un contexto económico complejo, pero no puede ser el único motor del crecimiento. Para consolidar una recuperación más equilibrada, Colombia necesita diversificar sus fuentes de crecimiento, promoviendo la inversión en infraestructura, la innovación en la industria y la competitividad de sus exportaciones. Solo así se podrá garantizar que el impulso actual se traduzca en un crecimiento económico sostenible y robusto para el futuro.