Las importaciones de Colombia marcaron un significativo incremento del 10,5% en febrero de 2025, alcanzando un total de 5.326,1 millones de dólares, según informó el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane). Este aumento, comparado con los 4.819,7 millones de dólares registrados en el mismo mes de 2024, estuvo impulsado principalmente por un repunte del 51,7% en las importaciones de combustibles y productos de las industrias extractivas, un sector que se consolida como el motor clave de esta dinámica comercial.
El informe del Dane detalla que las manufacturas continúan liderando las importaciones colombianas, representando el 72,0% del total, equivalentes a aproximadamente 3.834,8 millones de dólares. Le siguen los productos agropecuarios, alimentos y bebidas, que constituyen el 15,1% del total, con un valor cercano a los 804,2 millones de dólares. Sin embargo, el notable crecimiento en las compras de combustibles y productos extractivos refleja una mayor dependencia de estos bienes en el mercado internacional, influenciada por factores como la volatilidad de los precios energéticos y la demanda interna.
Este aumento en las importaciones ha profundizado el desequilibrio en la balanza comercial de Colombia, que registró un déficit de 1.241,0 millones de dólares en febrero de 2025. Esta cifra representa un deterioro significativo frente al déficit de 762,1 millones de dólares reportado en febrero de 2024, evidenciando los desafíos que enfrenta el país para equilibrar sus flujos comerciales. El crecimiento de las importaciones, que superó con creces el desempeño de las exportaciones, pone de manifiesto la necesidad de estrategias que fortalezcan la competitividad de los productos colombianos en el exterior.
Analistas económicos señalan que el repunte en las importaciones de combustibles podría estar vinculado a la recuperación de sectores industriales y al aumento de la demanda energética interna, pero advierten sobre los riesgos de una mayor dependencia de bienes importados en un contexto de incertidumbre económica global. Asimismo, el incremento del déficit comercial plantea retos para la política económica, que deberá enfocarse en estimular las exportaciones no tradicionales y diversificar la canasta exportadora para reducir la brecha comercial.
El panorama actual subraya la importancia de aprovechar acuerdos comerciales, como el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, para impulsar sectores estratégicos como el agropecuario y las manufacturas. Mientras tanto, el gobierno y el sector privado enfrentan el desafío de diseñar medidas que mitiguen el impacto del déficit comercial y promuevan un crecimiento económico más equilibrado en los próximos meses.