Trabajo informal, areneros del río Sinú
De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas DANE, para el trimestre mayo – julio de 2023, en Colombia el porcentaje de trabajo informal fue del 56%.
Como todo buen colombiano hemos crecido con la idea de que los empleos cuyos trabajadores carecen de un título profesional, son insignificantes y por ende no merecen alguna valoración o importancia. Ya sea carpintero, barrendero, pescador, conductor de camión o arenero como en el caso que nos atañe, a todos ellos muchas veces los vemos como personas ignorantes, que no están a nuestro nivel y que no merecen ningún tipo de garantías respecto al trabajo informal que desempeñan, sobre todo cuando por ignorancia o desinterés creemos en nada nos benefician o facilitan nuestra vida.

Más de mil hombres se despliegan a lo largo de la ribera del Sinú para ejercer el oficio de arenero. Foto Río Noticias (2020)
Los areneros son personas que se dedican a extraer arena u otros sedimentos del lecho de un río, en este caso del Sinú. Según la tarea específica que realicen se dividen en buceadores (sacan la arena del fondo del río), paleros (cargan la arena a los volcos) y volqueros (transportan la arena).
Pero esa definición se queda corta respecto a la verdadera connotación que encierra la palabra arenero, por lo menos en el contexto cordobés, donde se podría decir que un arenero es aquel que se levanta a las 3 o 4 de la mañana, coge su bicicleta, su moto o un bus para llegar a las orillas del río cuando todavía el cielo tiene más luz de luna que de sol. Una persona que no cuenta con ningún tipo de indumentaria adecuada para realizar su trabajo y que no gana un sueldo fijo, ya que depende de la cantidad de arena que saque o cargue en el día, en el caso de los paleros 3 mil pesos por metro.
Un oficio heredado

El trabajo de arenero suele ser una herencia de padre a hijos. Foto ChicaNoticias (2021).
A pesar de que el oficio de arenero se transmite de generación en generación, cada vez son menos los jóvenes que siguen los pasos de sus padres.
Con su piel quemada por el inclemente sol de Montería, Heriberto tiene 67 años de edad, de los cuales 46 ha dedicado a ser palero, oficio que le heredó su padre y que espera heredar a sus hijos. Sin embargo, al igual que sus demás compañeros de oficio, Heriberto padece constantemente de enfermedades lumbares y cutáneas, cuyos costos médicos deben correr por cuenta propia.
Como Heriberto, existen varios ejemplos de cordobeses que se sumergen a diario en el río Sinú para sacar la arena que se convierte en la única fuente de ingresos para sus hogares.
Un trabajo informal que merece ser dignificado
Qué bueno sería que se prestara más atención a las necesidades que tienen estas personas, porque son seres humanos que día a día acaban su cuerpo, sacando, cargando y transportando la arena con la que construyeron la pared que usted tiene al lado o la carretera por donde usted pasea.
Sin duda desconocemos el verdadero valor del trabajo que los areneros desempeñan en el fondo y a orillas del río Sinú, y muchas veces estamos más preocupados por el impacto ambiental de esta actividad o peor aún por cómo afecta la estética de la ciudad, porque resulta que nos parece más importante continuar construyendo la Ronda del Sinú, que el impacto negativo que podría traer para muchas familias el traslado de los areneros desde Puerto Platanito hacía Jaraquiel.
Si usted lee esto, puede que mañana no lo recuerde, pero los areneros no olvidan que tienen que despertarse a cumplir todos los días con una labor que lamentablemente gran parte de la sociedad ignora.
Este tema le puede interesar: La creación de empleo se desacelerará en línea con la economía en 2023: BBVA Research
Este artículo lo realizó Andrea Cumplido Petro como un ejercicio para el curso de Marketing Digital, en la maestría de Comunicación Digital de UPB.