Foto: Colprensa
“Representa un hito importante en el proceso de conversaciones”. Así calificó el jefe del equipo negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, los acuerdos alcanzados este viernes en el cuarto punto de la agenda pactada con las Farc, el de Solución al problema de las drogas ilícitas.
Desde La Habana y acompañado por toda la delegación del Gobierno, De la Calle le explicó a los colombianos tres aspectos fundamentales de este acuerdo:
“Tanto el Gobierno como las Farc reconocemos que el fenómeno del narcotráfico ha alimentado el conflicto que se vive en Colombia. Ambas partes manifiestan su firme compromiso con la solución definitiva del problema de las drogas y contribuirán al esclarecimiento de la relación entre conflicto y el cultivo, la producción y la comercialización de drogas ilícitas”.
Enseguida, resaltó especialmente dos compromisos fundamentales de las Farc en este tema: “Contribuir de manera efectiva mediante acciones prácticas con la solución de este fenómeno. Y, en un escenario de fin del conflicto, poner fin a cualquier relación que en función de la rebelión se hubiese presentado con este fenómeno”.
Para esto “es necesario asegurar el desminado de los territorios”. De esta manera, cuando se firme el Acuerdo Final, “el gobierno pondrá en marcha un programa de limpieza de las áreas afectadas por minas antipersonal y municiones sin explotar. A ese propósito mancomunado contribuirán ambas partes según los medios que correspondan a cada cual, incluyendo el suministro de información sobre la ubicación de tales artefactos”.
Y tercero, explicó que para la solución definitiva al problema de los cultivos de uso ilícito en Colombia es necesario impulsar “una estrategia integral que garantice la plena vigencia del Estado Social de Derecho en los territorios afectados”.
Así mismo, De la Calle fue enfático en decir que esto es una estrategia integral que involucra todos aquellos aspectos incluidos en el fenómeno del cultivo de drogas ilícitas y el narcotráfico para su solución. “Esta es la palabra clave de este acuerdo: solución. ¡Estamos hablando de futuro!”, dijo.
Este aspecto es nuevo porque parte de un enfoque distinto respecto a lo que hasta hoy se ha trabajado en Colombia. “Sin el conflicto atravesado en el camino, podremos sustituir la gran mayoría, ojalá todos los cultivos, de manera voluntaria; que si algunos cultivadores no participan o incumplen, recurriremos a la erradicación manual; y que en los casos excepcionales donde ni siquiera sea posible la erradicación manual porque las circunstancias no lo permiten -cosa que esperamos que no ocurra con el fin del conflicto-, el Gobierno se reservará la posibilidad de recurrir a la aspersión”.
Concluye, entonces, que “con esto le quitaríamos la gasolina que ha avivado el conflicto en Colombia -el narcotráfico- y todas sus secuelas de corrupción sobre las instituciones y los privados”.
A quienes no están de acuerdo con el proceso de paz, Humberto de la Calle les dijo: “bienvenido el debate, la crítica y las opiniones libres sobre este punto. Pero antes de hacerlas, lean, valoren y analicen bien lo acordado. Nos hemos demorado lo suficiente para no improvisar”. El Gobierno de Colombia —dijo- ha sido cuidadoso en extremo con cada punto, “en cada palabra contenida en este acuerdo que hoy hacemos público”.
“Queremos la paz, pero con todas las claridades y certezas hacia el futuro”, puntualizó.
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